Recuerdo muy bien cuando, con 16 a~itos cumpidos, la juventud emanando de cada un de mis poros, con esa sonrisa que toda jovencita lleva en el rostro a esa edad, y segun mi hermana, el trafico, se detenia por mi, el mundo danzaba bajo mis pies. Eran otros tiempos... (sonrisa)...
Ahora, algunos a~os mas sabia, la vida aun conserva un sabor apetecible. Ya no por las mismas cosas que antes, pero el gusto esta definitivamente alli. Quizas, no conservo la misma frescura en la piel que en ese entonces. Y no hay problema en ello. Quizas, el mundo no danza automaticamente bajo mis pies, pero me doy mi tiempo para danzar de vez en cuando. Y el trafico no se para por mi como antes, a no ser que este empujando el cochecito de mi hija, pero eso no importa, pues he encontrado la fuente de la juventud: la paz y la armonia que he descubierto en cosas simples, en la risita dulce de mi hija, en un baile furtivo con mi esposo, en el helado que mi hijo y yo compartimos, en la paz y la tranquilidad con la que me premio de cuando en vez con una sesion de meditacion que me recarga y renueva. En las risas espontaneas que comparto con 'mi gente'. En la alegre melodia de un tema pegajoso que me hace a escondidas 'mover el esqueleto'. Ponce de Leon, te gane y sin tanto esfuerzo,
la fuente de la juventud, esta en mi cabeza!
Enlaces:
La fuente de la juventud: Un cuento japones
Vitamina C: La fuente de la juventud
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